[ y argumentaciones racistas. Manipulando las nociones de culturas y deformando y pervirtiendo las tesis antirracistas, se ha apropiado, deformándolas, delas tesis del antirracismo para avanzar encubierto y conseguir, de orientación, que manifiestamente está en contradicción con trabajos de la UNESCO]
2. La lucha contra el racismo y la discriminación racial frente a las perversiones del relativismo cultura
42. Los actores de esta lucha partían del principio de que el etnocentrismo y el racismo no podrían sobrevivir a un proceso de educación y de difusión de conocimientos sobre las civilizaciones y los sistemas culturales, al cabo del cual toda afirmación de superioridad de una civilización sobre las demás sería absurda.
43. La primera tentativa de lucha contra el racismo y la xenofobia consistió en fomentar la tolerancia respecto de las minorías étnicas, o más sencillamente del "otro", pero esa especie de indulgencia caritativa llevaba consigo el convencimiento de la superioridad de la etnia que toleraba a las demás y era incompatible con una lucha eficaz y con la desaparición de los prejuicios. El antirracismo moderno ha tratado de buscar, para sustituir a la tolerancia, un principio dinámico y activo contemporáneo, un fenómeno multiétnico y multicultural cuya diversidad se aprehendería como una riqueza y un bien fundamental de la humanidad.
44. Ahora bien, la insistencia, en nombre de la lucha contra el racismo y la discriminación racial, en la riqueza de las sociedades multiculturales, lejos de superar los odios raciales y los prejuicios, ha dado por el contrario nuevas energías a los defensores de las representaciones y argumentaciones racistas. Manipulando las nociones de culturas y deformando y pervirtiendo las tesis antirracistas, han podido romper con la exaltación de la desigualdad biológica para hacer de la absolutización de la diferencia cultural su nuevo caballo de batalla. El nuevo racismo de la diferencia se ha apropiado, deformándolas, delas tesis del antirracismo para avanzar encubierto y conseguir ser mejor aceptado por las opiniones públicas nacionales. Antirracistas y racistas llegan a defender juntos el respeto de las diferencias colectivas, pero los primeros desde el punto de vista universalista del respeto de los derechos humanos y los segundos desde una visión segregacionista de las sociedades humanas.
45. Basta con que la pedagogía antirracista proclame que la raza es solamente cultura para que la opinión transforme la cultura en raza. Así los discursos neorracistas han sustituido la noción pseudobiológica de "raza" por la de jerarquía de las culturas, su incomunicabilidad básica o la separación absoluta de las culturas. De ese modo, como se analizaba en el párrafo 24 del último informe, los defensores de la teoría de la jerarquía cultural ignoran, o desconocen deliberadamente, el valor de las publicaciones eruditas y los trabajos científicos más recientes, en particular de la UNESCO, acerca de la raza y la cultura, los principios de la igualdad inherente a la dignidad de la persona humana, la afirmación de las identidades culturales y de la diversidad cultural, valores que fueron reconocidos universalmente en la Conferencia mundial sobre políticas culturales, organizada en 1982 en México por la UNESCO,Y que sustentan la Declaración Universal de Derechos Humanos y la Carta Constitutiva de la UNESCO. No es preciso recordar una vez más el artículo I dela Declaración de los principios de la cooperación cultural internacional, de (1966) 66, que proclama que toda cultura tiene una dignidad y un valor que deben ser respetados y protegidos, que todo pueblo tiene el derecho y el deber de desarrollar su cultura y que, en su fecunda variedad, en su diversidad y por la influencia recíproca que ejercen unas sobre otras, todas las culturas forman parte del patrimonio común de la humanidad. Los neorracistas sustituyen el principio de la igualdad inherente a la dignidad de las culturas, porque la cultura es producto del hombre y el hombre es cultura, las nociones de "diferencia cultural" y de "identidad nacional". Este cambio de orientación, que manifiestamente está en contradicción con trabajos de la UNESCO y con la Declaración y la Convención citadas, tiende a considerar las culturas como categorías herméticas, impermeables a toda influencia exterior y a toda interacción. En el seno de esa perversión del "relativismo cultural" se encuentran con frecuencia las diferencias ideológicas o religiosas.
46. Este discurso, disfrazado con oropeles democráticos que propagan los partidos de extrema derecha y cuya influencia se está volviendo a manifestar peligrosamente, ha adquirido una cierta carta de nobleza y por lo menos una cierta honorabilidad, lo que ha permitido a muchos suscribirlo. Así resulta natural apartar, excluir y discriminar a un grupo o una minoría étnica sobre bases culturales o religiosas en nombre de una sacrosanta "inasimilabilidad". Esa exclusión implica un sentimiento latente e inconfesado de superioridad por parte de la mayoría y hace renacer sutilmente el racismo en su formulación biológica e intelectual. La raza que se considera superior tiene naturalmente una cultura superior y las demás razas sólo tienen subculturas o culturas de segunda categoría, sin que se plantee la cuestión de los valores culturales.
47. Para luchar contra el racismo y la discriminación racial es preciso descodificar ese discurso, hacer frente de manera franca a las realidades que engendra y desmontar el mecanismo común al racismo y a uno de sus avatares, que es la desviación con fines racistas del relativismo cultural.